La población del condado de Pibor en Sudán del Sur se ha visto obligada a recurrir al consumo de plantas silvestres y frutos del desierto para poder sobrevivir, a medida que aumenta el índice de mortalidad derivado de la crisis alimentaria que sufre el país. Oxfam Intermón alerta de que la situación podría empeorar rápidamente debido a la paralización de los vuelos de ayuda humanitaria a causa de las lluvias torrenciales.
Una familia llega al saturado centro de tránsito de Renk en Sudán del Sur tras huir del conflicto en la vecina Sudán. Foto: Peter Caton/Oxfam
Más de la mitad de la población de Sudán del Sur (una cifra superior a siete millones de personas) ya padece hambre extrema, y cerca de 79.000 de ellas se encuentran al borde de la inanición, lo que duplica con creces las cifras del año anterior.
"La situación es profundamente desgarradora”, explica Manenji Mangundu, director de Oxfam Intermón en Sudán del Sur. “Miles de personas se enfrentan al hambre, tanto jóvenes como mayores, y concretamente, las niñas y niños se encuentran en situación de grave desnutrición. Un gran número de personas pasan días sin comer. Solo durante el mes de julio, más de 12 personas han perdido la vida por la falta de alimentos.
Se prevé que la temporada de lluvias de este año (de junio a septiembre) deje inundaciones sin antecedentes, lo que no hará sino empeorar la situación. Es probable que las lluvias provoquen la pérdida de cultivos y pongan a alrededor de 3,3 millones de personas, que ya se encuentran en situación de vulnerabilidad, al límite de su capacidad".
Sudán del Sur continúa sufriendo los efectos del cambio climático en forma de inundaciones y sequías. Más del 70 % del país, incluida la región de Pibor, ha sufrido inundaciones de manera consecutiva durante los últimos seis años. La crisis económica, sumada a los conflictos activos en el país vecino de Sudán, han exacerbado el hambre y la pobreza en Sudán del Sur.
Todo ello ha provocado que la divisa del país caiga en picado, dando lugar a los mayores niveles registrados de inflación alimentaria real a los que el país se ha enfrentado desde su independencia (un 164 %), según datos del Banco Mundial, lo cual dificulta el acceso de la población a alimentos. El precio de alimentos básicos como el trigo, el sorgo, el aceite o la harina se ha disparado, y algunos precios se han triplicado con creces a partir de marzo de este año.
Adau Nyok, que reside en Juba, la capital del país, explica lo siguiente: "Hace tres meses, podía comprar 10 kilos de harina por 3.500 libras sursudanesas (unos dos euros). Ahora, cuestan 15.000 libras (más de ocho euros). Los precios no dejan de aumentar y ya no podemos pagar por ello al carecer de acceso a dinero en efectivo".
Durante su trabajo de distribución de alimentos, dinero en efectivo, suministro de agua limpia o saneamiento, el personal de Oxfam Intermón ha escuchado testimonios desgarradores de familias que están perdiendo a sus hijos e hijas a causa de la falta de alimentos. Es el caso de Rebecca Korok Nyarek, que ha perdido a su sobrino de corta edad. "He perdido a mi sobrino a causa del hambre; solo tenía 15 años. En casa no tenemos alimentos. Pasamos hambre, y cuando salimos a buscar comida entre la maleza, a veces encontramos alimentos en pequeñas cantidades —hasta los frutos silvestres se han agotado debido a las lluvias—. Nos tenemos que conformar con eso antes de acostarnos".
Se cumplen 14 meses del comienzo del conflicto en Sudán, y más de 750.000 personas refugiadas y retornadas ya han huido a Sudán del Sur, donde se enfrentan a unas condiciones pésimas. El número de personas que se encuentra actualmente en los centros de tránsito de Renk y Malakal, diseñados con una capacidad de 4.000 personas, supera más de cinco veces dicho límite.
Asimismo, se ha producido un rápido aumento de los casos de desnutrición entre niñas y niños en los campamentos de tránsito temporales a lo largo de la frontera con Sudán, lo cual agrava la crisis en un momento en el que las organizaciones humanitarias se están retirando debido a la falta de financiación.
Aisha, una mujer refugiada de Jartum (Sudán), huyó de su hogar con sus hijos después de que su marido fuera asesinado en la tienda que regentaba en la capital: "Hemos llegado aquí y, aunque ya no se escuchan disparos, nuestros hijos siguen hambrientos. La mayoría de las noches nos acostamos con el estómago vacío, y a veces las corrientes provocadas por las lluvias arrastran las tiendas en las que dormimos", explica.
A pesar de la gravedad de la situación, la financiación recibida ha permitido cubrir únicamente el 28 % del llamamiento de las Naciones Unidas de este año para la crisis en Sudán del Sur.
"La falta de respuesta en un momento en el que la población se muere de hambre representa una falta de moral. Se perderán muchas más vidas si no actuamos de forma urgente. Los donantes deben actuar inmediatamente, ya que el retraso de las labores humanitarias se traduce en la negación de ayuda", dice Manenji Mangundu.
Oxfam Intermón necesita recibir de manera urgente 15 millones de dólares estadounidenses para ampliar la escala de sus operaciones con el fin de proporcionar asistencia a las personas afectadas por el conflicto, las inundaciones y las enfermedades.
Notas para la edición:
Periodista - Departamento de Comunicación
Oxfam Intermón es miembro de la confederación internacional Oxfam.