En un contexto de múltiples crisis, la juventud en España se enfrenta a desafíos que ponen en riesgo su salud mental, según Equilibristas: las acrobacias de la juventud para sostener su salud mental en una sociedad desigual, un nuevo informe elaborado por el Consejo de la Juventud de España y Oxfam Intermón que destaca la precaria situación económica y social que obliga a las personas jóvenes a realizar equilibrios cuando tienen que combinar estudios con trabajos precarios y alquileres inalcanzables. El análisis señala que el 55,6% de las personas jóvenes con carencias materiales severas tienen problemas de salud mental frente al 37,7% de quienes no tienen estos problemas económicos.
El acceso a la terapia es otro aspecto crítico. Solo el 17% de las personas jóvenes declaran haber sido atendidas por especialistas de la sanidad pública en menos de un mes, y casi el 38% afirma que no busca ayuda profesional debido al coste. Recibir terapia privada no es asequible para muchas personas, ya que dos sesiones mensuales representan el 15% del salario mediano de una persona joven. Esto refleja una brecha de desigualdad en la atención sanitaria que afecta especialmente a las mujeres, a los jóvenes con carencias materiales severas y a aquellos en paro así como las personas que se encuentran en situación de desempleo.
“Para la generación de personas jóvenes es complicado soñar con un futuro estable, ya que tiene que lidiar con la precariedad laboral, la temporalidad y el desempleo, vive en un constante estado de desequilibrio económico” señala Raquel Checa, responsable del programa Desigualdad Cero de Oxfam Intermón.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 25% de la población mundial reporta sentimientos de aislamiento social y soledad, y más de 150.000 personas entre 15 y 29 años mueren por suicidio cada año, evidenciando una crisis global. A nivel europeo, la incidencia de problemas de salud mental se ha duplicado entre la juventud desde 2019, afectando a 14 millones de personas.
En España, la situación es particularmente grave para las personas más jóvenes. La incidencia de problemas psicológicos entre este grupo se ha sextuplicado en la última década, superando a otros grupos de edad. Los determinantes individuales, sociales y estructurales, como la desigualdad y la pobreza, aumentan el riesgo de sufrir afecciones de salud mental.
Equilibristas también subraya que la juventud que estudia y trabaja simultáneamente (denominados “Sisis”) presenta una incidencia del 59% de problemas de salud mental, mientras que aquellos que solo estudian tienen un 35% de diagnósticos. La combinación de responsabilidades laborales y académicas incrementa significativamente el estrés y los problemas de salud mental. Además, otro factor importante son las desigualdades de género, ya que se evidencia una brecha de género en cuanto a problemas de salud mental se refiere: La mitad de las mujeres jóvenes ha sido diagnosticada con algún problema de salud mental, frente al 41 % de los hombres. También tendría influencia las dificultades para acceder a la vivienda y los efectos del cambio climático, que aumentan la sensación de inseguridad y malestar emocional.
“Las personas jóvenes vivimos día a día la precariedad más injusta. Lidiamos con la imposibilidad de emanciparnos en solitario, una elevada tasa de temporalidad y precariedad laboral. Además, se nos denomina como “generación de cristal” una generación indolente y sin esfuerzo. Todo ello genera en nosotras una desafección en el presente y una incertidumbre con nuestro futuro, afectando especialmente a nuestra salud mental” señala Andrea Henry, presidenta del Consejo de la Juventud de España
La OMS destaca que la exposición a circunstancias sociales o económicas desequilibradas, como la desigualdad y la pobreza, es uno de los factores que pueden socavar la salud mental. Así se señala en el estudio “Equilibristas”, donde se observa que la ideación suicida es significativamente mayor entre las personas jóvenes, nuevamente, con carencias materiales severas (60%) comparado con aquellas sin carencias (37%).
El informe también analiza cómo la identidad y orientación sexual, la racialización y la diversidad funcional afectan la salud mental de las personas jóvenes. La discriminación y la interseccionalidad de la desigualdad incrementan el riesgo de problemas de salud mental. Además, el sistema público de salud está infradotado de recursos, con largas listas de espera y baja frecuencia de citas, obligando a muchos jóvenes a no recibir la terapia adecuada.
Frente a esta crisis, Oxfam Intermón y el Consejo de la Juventud de España proponen en este informe políticas centradas en abordar las desigualdades estructurales que impactan en la salud mental de las personas jóvenes. Estas propuestas incluyen mejorar la calidad del empleo, facilitar el acceso a la vivienda, desarrollar el sistema de protección social, así como garantizar la igualdad de derechos de la juventud migrante.
En cuanto a la salud mental, es fundamental mejorar el sistema público aumentando el número de profesionales especializados en psicología clínica infanto-juvenil, psiquiatría, trabajo social y psicopedagogía, reduciendo los tiempos de espera para citas médicas y mejorando la coordinación entre servicios y territorios, e incrementando el conocimiento de los recursos disponibles entre la población joven. Para fomentar la educación es necesario formación y prevención en salud mental, así como proporcionar formación adicional a entornos cercanos a jóvenes con problemas de salud mental, ofrecer formación a profesionales de la educación, familias y otros agentes de contacto con jóvenes. Finalmente, se propone aprobar un Pacto de Estado por la Salud Mental que recoja todas las medidas propuestas y asegure la inversión de los recursos necesarios para garantizar el derecho a la salud mental de las personas jóvenes.