El Libro Blanco del Comité de Personas Expertas para la reforma del sistema tributario que hoy se ha presentado al Ministerio de Hacienda destaca algunos de los problemas y desafíos histórico que arrastra nuestro sistema tributario. Sin embargo, ahora es el Gobierno quien tendrá que dar el primer paso para mostrar su grado de ambición y urgencia en una reforma que tendrá efectos directos sobre la financiación autonómica y la sostenibilidad financiera. En un contexto internacional de alta incertidumbre económica que acentúa la fragilidad fiscal de nuestro país, el sistema tributario debe ser una pieza central para contener el crecimiento de la desigualdad, la crisis ambiental y promover una transformación económica y social más justa.
Las reformas tributarias que se tienen que llevar a cabo deben generar mayor suficiencia recaudatoria, ahondando en la progresividad, reequilibrando las fuentes de ingresos tributarios y contribuir a la transición energética mientras se generan nuevas oportunidades. La tributación de la riqueza debe ser una pieza angular en este plan. Desde Oxfam Intermón estimamos que, si nada cambia, la fortuna de los que tienen más de 50 millones de dólares en España va a crecer ocho veces más rápido que la economía en los próximos dos años.
Más allá de los detalles y de un análisis en profundidad este informe pone de manifiesto que hay margen para ampliar la recaudación fiscal sin tener que recurrir a la trampa de la competencia ineficiente entre diferentes territorios, ya sea en España o a nivel internacional. Este es quizás uno de los consensos más potentes que han emergido de la agenda del G20 y la OCDE estos últimos años
El reto ahora es aprovechar esta oportunidad para romper con un sistema tributario que hasta ahora ha mantenido distorsiones profundas, beneficiando a unos pocos en detrimento de una gran mayoría. Entre todas ellas, podemos destacar los beneficios fiscales, el ventajoso tratamiento de las rentas del capital frente a las del trabajo o las disparidades territoriales que promueven una competencia ineficiente y regresiva.
Al gobierno le queda ahora una misión importante, impulsar y acordar con el resto de partidos una reforma fiscal que ponga en su centro de mira la reducción de cuatro brechas: la recaudatoria y la progresividad, la de riqueza y desigualdad, la ambiental y la productiva.