Pablo Tosco/ Oxfam Intermón
Hoy, los dirigentes de la UE se reúnen para debatir sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania y analizar el impacto socioeconómico que éste ya está teniendo sobre la población europea. Más allá del impacto en términos de pérdidas humanas y la crisis humanitaria que ha provocado en la región, con millones de personas desplazadas y refugiadas, el notable aumento de los precios de productos básicos como los alimentos y la energía está erosionando notablemente el poder adquisitivo de miles de hogares y la viabilidad de muchos negocios y puestos de trabajo. Esta situación solo empeorará cuanto más dure este conflicto.
Pero el impacto no será igual para todos. Esta crisis se traducirá en un aumento de la desigualdad, y nuevamente serán las mujeres, jóvenes y migrantes, y las pymes los que enfrenten los mayores impactos de esta nueva crisis. De nuevo, como ya sucedió con la respuesta a la Covid, se necesita poner en marcha medidas sociales urgentes para paliar este impacto diferenciado, además de impulsar otras medidas que permitan amortiguar el impacto sobre las finanzas públicas y haga que quien se beneficie, pague.
“Es urgente poner en marcha medidas que protejan a las personas más vulnerables. Ya pasó durante la pandemia y estamos a tiempo de evitar que el peso de esta crisis recaiga desproporcionadamente sobre las familias con menos recursos y los colectivos más vulnerables” afirma Franc Cortada, director de Oxfam Intermón. En la medida de lo posible, resulta necesario poner en marcha medidas de apoyo social para aquellas familias y hogares que no pueden hacer frente a este aumento de precios en bienes y servicios básicos esenciales.
“Pero en este contexto, no todos son perdedores. Hay algunos pocos ganadores, como pueden ser las empresas eléctricas y de combustibles que están generando unos beneficios “caídos del cielo”, mientras que gran parte de la sociedad ve reducidos sus ingresos, su capacidad adquisitiva y sus derechos. No puede ser que miles de hogares no puedan permitirse mantener su hogar a una temperatura adecuada, mientras algunas empresas ven aumentar sus beneficios” afirma Cortada.
“No podemos esperar. Una vez más, el sistema tributario tiene que ponerse al servicio del funcionamiento del Estado para contener los efectos de esta crisis, con medidas urgentes, generando recursos adicionales” sostiene Cortada. Se necesita con urgencia un impuesto temporal a los beneficios extraordinarios que pudieran obtener las empresas energéticas. Este recargo se aplicaría sobre los beneficios derivados de estas circunstancias excepcionales, siempre y cuando se produzcan. Algunos países europeos como Italia lo acaban de poner en marcha, e incluso organismos como la OCDE aconseja incluir este tipo de medidas que permitiría generar recursos adicionales para financiar un plan de acción social mucho más ambicioso y justo.
Desde Oxfam Intermón, creemos que el Gobierno español debe impulsar un paquete de medidas urgentes en materia económica y social que se guíen por:
Nota para edición:
Según la Agencia Internacional de la Energía, se calcula que, en las condiciones actuales de mercado, las empresas energéticas pueden obtener unos beneficios extraordinarios conjuntos de hasta 200.000 millones de euros por el gas, el carbón, la energía nuclear, la hidroeléctrica y las renovables en 2022.
Periodista - Departamento de Comunicación
Oxfam Intermón es miembro de la confederación internacional Oxfam.