Los impuestos desempeñan un papel fundamental en la construcción de una sociedad más equitativa y justa. Con ellos se financian bienes y servicios esenciales para fomentar el crecimiento económico y la cohesión social como son la sanidad, la educación, las infraestructuras, la seguridad o la justicia. Para conocer a dónde van a parar los impuestos de los y las ciudadanas, Oxfam Intermón, en colaboración con investigadores de la Universidad de Barcelona y con el apoyo de la European Climate Foundation, ha diseñado una herramienta para que la ciudadanía conozca qué tipo de bienes y servicios públicos se pueden financiar con los impuestos que pagan de acuerdo con su nivel de ingresos. De esta manera, la sociedad puede juzgar por sí misma la importancia de los impuestos para sostener el estado de bienestar.
Simplemente introduciendo el nivel de ingresos, el simulador fiscal permite estimar de manera rápida y sencilla lo que el contribuyente paga en impuestos, qué bienes y servicios básicos se pueden financiar y su posición relativa en la distribución de la renta en España. Para ello, se han considerado las principales figuras impositivas del sistema tributario español (el IRPF, el Impuesto sobre sociedades, el IVA y el impuesto sobre el patrimonio).
El análisis de la información tributaria refleja que la mitad de la población española ingresa menos de 20.000 euros al año, que la presión tributaria promedio sobre los ingresos es del 16 %, pero que hay mucho margen de recorrido para ganar en suficiencia y progresividad. Una persona con ingresos superiores al millón de euros aporta prácticamente lo mismo en el pago de IRPF e IVA (un 17% de sus ingresos totales) que una persona que ingresa poco más de 20.000 euros (un 16%), cifra que ingresa la mitad de la población española, según la información tributaria.
En una reciente encuesta elaborada por Oxfam Intermón con más de 4.000 participantes, más de la mitad considera que las clases trabajadoras, las personas autónomas y las más desfavorecidas pagan unos impuestos demasiado altos en relación a los más ricos, mientras que 6 de cada 10 opina que las grandes fortunas pagan unos impuestos demasiado bajos.
“Infierno fiscal, atraco a mano armada... es lo que siempre oímos en toda conversación acerca de los impuestos. Pero nos olvidamos de reconocer el impacto que tienen las cosas que financiamos con nuestros impuestos. Cosas que cuestan miles de euros y que la gran mayoría no podríamos pagar, pero de las que nos beneficiamos como sociedad, ricos y pobres. Los impuestos se tienen que gastar bien y con responsabilidad, y hace falta reconocer también los positivos impactos que tienen los bienes y servicios públicos a la hora de decidir si pagamos muchos o pocos impuestos" señala Iñigo Macías, responsable de investigaciones e de Oxfam Intermón.
Las soluciones
A pesar del aumento experimentado en los ingresos tributarios tras la pandemia, España, al igual que el resto de países europeos, enfrenta importantes desafíos que requieren de mayores recursos públicos. "Durante lo peor de la pandemia y la reciente crisis de coste de vida, todos, familias y empresas, le pedimos un mayor esfuerzo al sector público. Ahora, además de tener que pagar ese rescate, también señalamos que tienen que impulsar medidas para hacer frente a las consecuencias del cambio climático, así como afrontar el problema de una sociedad cada vez más envejecida y para resolver las fuertes desigualdades sociales aún presentes en nuestra sociedad”, señala Macías.
Avanzar en la progresividad del sistema tributario, ampliando las bases imponibles y haciendo que empresas y grandes fortunas paguen su parte justa de acuerdo a su capacidad económica resulta esencial para afrontar con éxito estos desafíos. Entre otras medidas, hay que continuar cerrando la brecha entre la tributación de las rentas del capital frente a las del trabajo, y modificar la fiscalidad societaria para que las grandes empresas aporten lo que les corresponde, sin artificios ni artimañas contables. Además, España debe implicarse e impulsar diferentes iniciativas en el seno del G20, pero también en Europa para conseguir una mayor tributación sobre las grandes fortunas.
