Las últimas cifras de la Alianza People's Vaccine, de la que Oxfam Intermón forma parte, revelan que las compañías que están detrás de dos de las vacunas COVID más exitosas, Pfizer-BioNTech y Moderna, están obteniendo unos beneficios combinados de 65.000 dólares estadounidenses por minuto. Estas cifras, que se basan en los últimos informes de las farmacéuticas, se publican en un momento en que las cúpulas directivas de la industria farmacéutica se reúnen para la cumbre anual STAT, el equivalente a un “gran Davos” de las farmacéuticas, del 16 al 18 de noviembre.
Estas empresas han vendido la mayoría de dosis a los países ricos y han dejado al margen a los países de bajos ingresos. Pfizer y BioNTech han enviado menos del uno por ciento de sus suministros totales de vacunas a países de bajos ingresos, mientras que Moderna ha destinado solo el 0,2 por ciento. La consecuencia es que el 98 por ciento de la población de estos países no ha recibido una vacunación completa.
Maaza Seyoum, responsable de la Alianza Africana y de People's Vaccine en África, señala que “es insultante que unas pocas empresas obtengan millones de dólares de beneficios por hora, mientras solo el dos por ciento de las personas de los países de bajos ingresos se han vacunado completamente contra el coronavirus”.
"Pfizer,BioNTech y Moderna han utilizado sus monopolios para dar prioridad a los contratos más rentables con los gobiernos más ricos y han dejado al margen a los países de bajos ingresos”.
A pesar de recibir una financiación pública de más de 8.000 millones de dólares, las tres corporaciones han hecho oídos sordos a los llamamientos para transferir urgentemente la tecnología y los conocimientos técnicos sobre vacunas a productores capacitados de los países de ingresos bajos y medios a través de la Organización Mundial de la Salud (OMS), una medida que podría aumentar el suministro a nivel mundial, reducir los precios y salvar millones de vidas. En el caso de Moderna, esto ocurre a pesar de la presión explícita de la Casa Blanca y las exigencias de la OMS para que la compañía colabore y ayude a acelerar su plan de replicar la vacuna Moderna para una producción más amplia en su centro de ARNm de Sudáfrica.
A pesar de que Albert Bourla, director ejecutivo de Pfizer, describió el llamamiento para compartir fórmulas de las vacunas como un "peligroso disparate", la aprobación por parte de la OMS del uso de emergencia de la vacuna india Covaxin a principios de este mes es una clara evidencia de que los países pobres tienen la capacidad y la experiencia necesarias.
Beatriz Novales, directora de Programas y Ciudadanía de Oxfam Intermón, señala que “al contrario de lo que dice el director ejecutivo de Pfizer, el verdadero disparate es afirmar que en los países pobres no existe la experiencia y la experticia para desarrollar y fabricar medicamentos y vacunas que salvan vidas. Esto no es más que un falsa pretexto tras el que se esconden las compañías farmacéuticas para proteger sus beneficios tan desorbitados”.
"Los gobiernos también han fracasado estrepitosamente al permitir que estas empresas mantengan el control del monopolio y restrinjan artificialmente el suministro en medio de una pandemia cuando tantas personas en el mundo aún no han sido vacunadas".
A partir de los informes de los estados financieros de las compañías, la Alianza estima que Pfizer, BioNTech y Moderna obtendrán este año unos beneficios combinados antes de impuestos de 34.000 millones de dólares, lo que equivale a más de mil dólares por segundo, 65.000 por minuto o 93,5 millones por día. Los monopolios en manos de estas empresas han producido cinco nuevos multimillonarios durante la pandemia, con una riqueza neta combinada de 35.100 millones de dólares estadounidenses.
“Las promesas de los líderes mundiales sobre que las vacunas llegarían a todos los países han caído en saco roto”, denuncia Vanessa López, directora de Salud por Derecho. “Sabemos que hay fábricas localizadas en diferentes partes del mundo que podrían estar ya desarrollando vacunas para abastecer a toda la población, pero hay gobiernos que siguen bloqueando la suspensión temporal de las patentes. Es inmoral lo que está pasando”.
La People's Vaccine, que cuenta con 80 integrantes, entre otras la African Alliance, Global Justice Now, Oxfam Intermón, Salud por Derecho y ONUSIDA, reclama a las corporaciones farmacéuticas que suspendan de inmediato los derechos de propiedad intelectual de las vacunas, pruebas, tratamientos y otras herramientas médicas COVID y acepten la propuesta de exención del Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC) de la Organización Mundial del Comercio.
También piden a los gobiernos, incluido el de Estados Unidos, que utilicen todas sus herramientas legales y políticas para exigir que las empresas farmacéuticas compartan los datos, el conocimiento y la tecnología sobre la COVID-19 con el Grupo de Acceso a la Tecnología COVID-19 de la OMS y el centro de transferencia de tecnología de ARNm de Sudáfrica.
Más de 100 países, liderados por Sudáfrica e India, con el apoyo de los EE. UU., han reclamado la exención de los ADPIC, algo que también cuenta con el apoyo de más de 100 líderes y exlíderes mundiales y premios Nobel.
A pesar de ello, otros países ricos, como Reino Unido y Alemania, siguen bloqueando la propuesta, anteponiendo el interés de las empresas farmacéuticas a lo que es mejor para el mundo. Este asunto está llamado a convertirse en el protagonista de la Cumbre Ministerial de la Organización Mundial del Comercio que se celebrará en Ginebra del 30 de noviembre al 3 de diciembre.
Notas para edición:
Periodista - Departamento de Comunicación
Oxfam Intermón es miembro de la confederación internacional Oxfam.