"Muchas veces no sabes qué sucede cuando pisas suelo europeo. ¿Qué pasa entonces con estas personas?". Con esta pregunta, Alex Gadea se adentró en La Toscana, una de las regiones italianas donde trabajamos acogiendo a personas refugiadas y migrantes. Éstas son algunas de las historias personales que encontró en su periplo y algunas de sus impresiones.
"Con ellos descubrí un modo de migración diferente al que estamos acostumbrados a ver en los medios de comunicación. Fue conmovedor ver cómo llegan a Italia con el pasaporte italiano y están reubicados en un piso."
La historia de Hata y Mehemet no es habitual. Forman una de las pocas familias de refugiados sirios que consiguieron llegar a Europa con un visado humanitario, sin arriesgar su vida en un peligroso viaje controlado por traficantes. Pudieron acogerse a un programa pionero que se negoció entre los gobiernos de Líbano e Italia y que en estos momentos ya no funciona. En Siria, Hata trabajaba como profesora y Mehemet como masajista. Después de más de un año en Arezzo, con acompañamiento de Oxfam, consiguieron escolarizar a sus hijos y adquirir nuevas habilidades para ser más autónomas, a pesar de las dificultades para rehacer su vida en un país de acogida. Actualmente viven cerca de Roma y Mehemet trabaja en una tienda.
"Es desgarrador conocer sus pasados y las historias que les mueven: abandonar sus países de origen para llegar hasta aquí cuando han tenido que salir con cuatro cosas, andando hasta llegar a la costa de África... La gran mayoría pasa por Libia."
Moussa salió de Nigeria, cruzó Níger y Libia, donde pasó tres años y trabajó como esclavo. Historias que no se pueden contar completas. Al llegar a Italia estuvo un tiempo alojado en el Hotel Mary, un antiguo hotel habilitado por Oxfam que funciona como centro de acogida durante los primeros meses. Aprendió italiano rápidamente, hizo un curso de cocina profesional y trabajó en un restaurante, donde lo discriminaron por su color de piel. Después de meses de acompañamiento, ha conseguido sostenerse económicamente, comparte piso de alquiler, ha forjado amistades entre compañeros con los que trabaja en el campo y sueña con visitar a su familia el año próximo. Moussa ha tenido la fuerza para conseguir su autonomía y seguir adelante.
"Oxfam tiene un programa que se ocupa de ellos una vez pisan suelo italiano, de darles herramientas y una serie de condiciones para que se puedan instalar e integrar, para que aprendan un oficio."
En la escuela Circolo ARCI, ubicado en Florencia, la excusa es aprender italiano. A la práctica, además, funciona como centro de apoyo psicosocial, un lugar donde se detectan necesidades y apoya a las personas llegadas de multitud de países.
Existen muchas razones que llevan a la gente a migrar: guerras, violaciones de derechos humanos, pobreza o cambio climático. Todas las personas que dejan su país buscan una vida mejor. Trabajamos sobre las causas de la migración, intentando que las personas no tengan que huir de sus lugares de origen, y también sobre las consecuencias, para que tengan una vida digna lejos de su hogar.
Trabajamos en la Toscana desde 2011:
Hasta la fecha, en Toscana hay 239 solicitantes de asilo recibidos por Oxfam en las provincias de Arezzo, Florencia, Livorno y Siena. Se espera que alcancen los 300.
Oxfam Intermón es miembro de la confederación internacional Oxfam.